TEMÁTICA: Todo lo que ves es suyo: La explotación cognitiva de nuestra atención en internet
Mtra. Brenda Areli Figueroa AhumadaAula Magna Leonila Vázquez
Cuando se habla de datos personales en el ciberespacio, usualmente se piensa en la violación de privacidad en la que caen muchos sitios y aplicaciones. Se considera que el rastreo indiscriminado de nuestra conducta en la web es una transgresión a nuestra vida personal y que tendríamos que poder revocar el consentimiento en cualquier momento además de saber para qué o quiénes utilizan esos datos. Sin embargo, dado que cientos de empresas como Google, Amazon o Metaverse lucran con esos datos pero sobretodo con nuestro comportamiento en internet, se podría argumentar que más que una propiedad privada, es un trabajo. Conforme la tecnología de la comunicación fue dejando las fábricas, los laboratorios o en general, los lugares de trabajo, y se fue adentrando en nuestra vida doméstica, la división entre trabajo y tiempo libre se fue difuminando. Sin embargo, queda claro que los principales ganadores de esta inmersión han sido las empresas. Actualmente, con la popularización de la Inteligencia Artificial Generativa, el contenido subido a la web puede, y es, utilizado por estas empresas para alimentar sus bases de datos. Esto, aunado a los datos personales que obtienen a través de cookies y rastreadores web que miden nuestra atención, generan ganancias millonarias de las cuales los usuarios no ven ni un sólo centavo. Si consideramos que las actividades en internet que incluyen la creación de contenido a través de publicaciones, videos y fotos, son creadas por los usuarios y no las empresas, podemos notar inmediatamente que el trabajo requerido para mantener culturalmente relevantes a tales páginas web recae en sus usuarios mas no en sus dueños. Analizando a la atención (que incluye la creación de contenido) como una forma de trabajo que reditúa a estas empresas y no como una propiedad privada a la que cedemos los derechos de uso, se puede analizar de forma mucho más profunda el nivel de explotación al que caen las empresas digitales. Además de aclarar uno de los principales problemas de la implementación de IA en páginas web: la explotación cognitiva de los usuarios.